sábado, 25 de julio de 2009

Corazón de plástico

Del Libro: Corazón Crucificado

Corazón de Plástico

La tristeza reventó por su lado más noble,
por el más flaco.
¡Pobre tristeza anda deambulando por la calle!
Su cara larga se ha estancado en tu ventana.
¿te suspira al oído?
¿se sube a tu coche y te acompaña al trabajo?
¿te escoge a la puta en turno para saciar tu instinto?
¿se acuesta en tu cama como una prostituta tilica y barata?
Como la prostituta-hombre se te encontraste y te reventó el ano,
como la que desgajo a tu hijo en su vientre y lo sacó a pedazos?
¿te acaricia?

En noches sin luna te arrulla la desolación,
la falta de dinero.
¿Cuántas prostitutas ahora se mantienen de tu sueldo?
¿Cuántas te han cortado por lo sano?
¿Cuántas siguen revolcándose en tu carne?
¿Cuántas piensan en el matrimonio?

Eres como el mendigo que traía en su bolsa
cinco pesos y se le ha caído,
porque su bolsillo tenía un agujero
y ahora no puede comprarse una Coca.
¡Pobre mendigo! Anda con la boca seca
Y su lengua anhela sentir el líquido oscuro de una Coca Cola
¡Bien fría!

Todos te han dado de beber en la sopa
su veneno de omisión.
Por su culpa, por su culpa,
Por su omisión
Tú has caído, por su omisión, tú, has fracasado.
Has preferido huir, refugiarte en los brazos de tu madre
por su omisión, tú, has comido del fruto prohibido.
Tú has pagado por su omisión.
Tú te has matado por la condición.

Eres como el pordiosero se ha encontrado
cinco pesos y se le han caído,
porque su bolsillo tenía un agujero
y ahora no puede comprarse una Coca.

Una niña risueña mira una fotografía.
Es su padre.
Su padre de papel.
No ha sentido el calor de sus manos,
No sabe extrañar sus brazos.
Es un padre de papel.
Papá de un día, de una semana, de un mes.
Papá complaciente.
Papá proveedor de pañales.
Mendigo de corazón, corazón de plástico,
de petróleo, de perro; pero no humano.
Mendigo, mendigo, mendigo
Tu sangre está llena de omisión…

Te negó tu padre al saber.
Tu padre te omitió al nacer.
Te negó su apellido.
Y ahora tú lo quieres volver hacer.

Muchacho ingenuo
¡Morirás! Por ordinario, por clandestino,
En la anónima ciudad la gente murmura:
Muchacho ingenuo ¡Morirás! de tristeza, de pena,
de melancolía.

Luisa Albarrán
25/julio/2009