lunes, 9 de marzo de 2009

No me dejes...


Llena de rutina me hastié y por poco colapsan mis letras. Pero siempre, siempre hay entra una mano en el vaso de agua y te saca, te recuerda quién eres, que puedes hacer, hasta dónde puedes llegar.

Es terrible darte cuenta que en tu cama hay alguien que ayuda a crearte un bloqueo mental, en pocas palabras te usurpa, y al tiempo te das cuenta que te estorba. Seguir empeñado, encaprichado, es un error, porque te minimiza, te redimes. Es terrible, pero cierto. Tan cierto como que mi producción literaria disminuyó en el 2008 y no quiero que me vuelva a pasar.

Por eso ahora extiendo las alas. Quiero volar.

Y aquí un texto. Espero tus comentarios.

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