Sin fuga
Iba entrando la noche
con luz pausada y quebrada.
Palpé la ausencia en tu rostro,
en tu cuerpo, en mi cama.
Sentí, sentí, sentí un piquetito
en la espalda y sin fuga
el agua transparente de mi alma
comenzó hacerse hielo.
Luisa Albarrán
miércoles, 4 de marzo de 2009
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